El pasado julio y poco después que detectaran cáncer a su marido Leo, una prueba rutinaria reveló que Norma, de 90 años, tenía cáncer de ovarios.
Todo fue cuestión de un par de semanas. Dos días después de que Leo falleciera, Norma visitó a su médico en Michigan, Estados Unidos.
Las opciones de tratamiento –le dijo– eran las usuales para este tipo de casos: una operación para extraer el tumor, seguida de radiación y sesiones de quimioterapia.
Lo que no se esperaban ni él ni sus familiares que la acompañaban fue la reacción de Norma: «Tengo 90 años de edad, me voy de viaje».
Y así lo hizo. Vendió su casa –no quería pasar por el trauma de volver al hogar que compartió con su marido, con quien estuvo casada 67 años– y se compró una casa rodante para viajar por el mundo.
Ya lleva 188 días en la carretera.
BBC MUndo
29.2.2016
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